La compraventa de viviendas cayó un 15,1% en noviembre, pero en el sector hay tranquilidad. Tranquilidad y hasta optimismo cuando se enfocan las previsiones para este año. Todas las miradas están puestas en el mercado hipotecario y en la competencia entre los bancos, cuyos precios se siguen ajustando para tratar de frenar la sangría en la demanda que han sufrido en 2023. Varias entidades han comenzado 2024 mejorando sus ofertas para la compra de vivienda y los analistas creen que esos cambios alentarán a una parte de los compradores que habían aplazado sus decisiones de adquisición ante la subida de los tipos de interés.

Es decir, los mismos tipos de interés que frenaron las transacciones el año pasado podrían ser ahora el resorte que actúe como sostén en los próximos meses. Todo pasa porque se cumplan las dos premisas con las que se maneja el mercado: que el Banco Central Europeo inicie la reducción de los tipos de interés que se espera para este ejercicio; y que los bancos en España aceleren aún más en la guerra hipotecaria que libran entre sí. Lo primero está por ver, pero lo segundo es ya una realidad. Las grandes y no tan grandes entidades del país mantienen una ajustada competición en su escaparate hipotecario para atraer, retener y vincular clientes. El inicio de año, lejos de suavizar esa rivalidad, la ha acentuado.